Saludos a todos.
Hoy vengo a compartir con vosotros, algunas reflexiones respecto a la construcción y mantenimiento de algunas rocallas.
Veréis, hace poco tiempo visité un conocido vivero de mi zona, donde en su aparcamiento cuenta con la existencia de una colección de parterres rectangulares, de unas dimensiones de tres por cinco metros cada uno. Cada parterre tenía su encanto, uno era de plantas aromáticas, en otro tenía un fabuloso conjunto formado por unas palmeras Trachycarpus, Phormium y Araucaria, seguí avanzando y me encontré con un conjunto muy coqueto formado únicamente por Hebes y rocas graníticas redondas... Ciertamente, me quito el sombrero ante un trabajo tan bien hecho y sólo me queda felicitar al creador o creadores de tan magnífico trabajo.
Conozco dichos parterres desde hace ya muchísimo tiempo, época en la que yo me iniciaba en esta actividad, con mis estudios como Técnico Superior en Jardinería, recientemente finalizados, allá por los años noventa. Bien, como os comentaba, me di cuenta de que uno de los parterres, precisamente, de los que más me gustaban había sido eliminado de aquella zona de aparcamiento. Se trataba de una rocalla con varias coniferas, tales como sabinas rastreras, pinos mugos y varias cupresáceas. Lo que antaño fue una rocalla llena de vida y color ahora sólo tenía un único ciprés.
Y bien, al hablar con el viverista sobre el tema, me comentó que aquella rocalla que él mismo había construído en los años 90, con el paso del tiempo se había convertido en un caos de coníferas entremezcladas que apenas disponían de espacio entre ellas. Sus palabras textuales fueron "me equivoqué al plantar tantas coníferas juntas y en su día no previne que podrían alcanzar gran tamaño transformando la rocalla en una maraña impenetrable". Sabias palabras. Está claro que estamos ante un buen profesional de la jardinería que aprendió de sus errores y aciertos, y que cada día busca mejorar la calidad de su trabajo.
Y reflexionando sobre ello, sin dudar sobre los conocimientos profesionales de este señor, quiero manifestar mi conformidad sobre lo que comentó, pero con algunas pequeñas matizaciones...
¿De verdad que no se puede tener todas aquellas coníferas en un espacio de 5 x 3m? Pienso que sí y no. Me explico, bien es cierto lo que expuso el viverista, que esas coníferas a la larga se pueden transformar en monstruos selváticos y fuera de control. Pero, por otro lado pienso que, tratándose de coníferas que reaccionan muy positivamente ante varias podas ligeras al año ¿qué es lo que nos impide seguir teniendo las coníferas en esos parterres? Pensadlo.
¿Es posible mantener un conjunto variado de coníferas (o cualquier otra planta) en un espacio que a priori pueda parecer reducido? Pues mi respuesta es un rotundo SI. Dentro de un límite razonable, claro está.
Si conseguimos mantener el control del crecimiento de las plantas mediante ligeras podas, no tendremos por que preocuparnos demasiado por el "desmadre" de la rocalla. Si hacemos unas pocas podas de mantenimiento al año, dicho desmadre jamas sucederá.
En resumidas cuentas, es muy sencillo: si mantenemos una agenda de podas anuales, al día, podremos tener unos paisajes en miniatura, encantadores. Si nos dormimos un poco y retrasamos las podas unos meses (o años) entonces todo se hará caótico y habra que arrancar la mayor parte de las plantas, será demasiado tarde para resolver el "drama", todo por unas simples podas.
Como todo en la vida, los problemas del jardín se resuelven cuando aún son pequeños, no esperes para que se hagan demasiado grandes...
Un abrazo a todos.